“Tengo a mi lado a Iturbide que me recuerda la suerte de su padre”.
Simón Bolívar
Cuando Simón Bolívar recibió dentro del ejército libertador al hijo de Agustín de Iturbide, a petición expresa de la esposa de este, lo ubico dentro de su primer círculo.El joven, militar por herencia más no por convicción no tenia mayor virtud que la de saber cantar, en las noches después de largas batallas, Agustín el grande entonaba canciones para motivar a los soldados, con su acento mexicano aligeraba la presión que día con día vivía el ejercito liderado por el libertador de las Américas. Es ese canto de motivación el que en épocas de incertidumbre libera el alma de las tensiones que implican el no tener el control de la solución de los problemas comunes. Cuando el corona virus literalmente ha infectado todas nuestra esfera de la vida, debemos buscar la manera de tranquilizar nuestros demonios, de calmar el torrente de emociones que día tras día inunda nuestra mente, no se le puede pedir al que nunca se ha tomado la molestia de leer un libro que comience a hacerlo ahora, chango viejo no hace maroma nueva, como tampoco los que jamas hemos sabido acercarnos a dios por medio de la oración podremos hacerlo de manera inmediata. ¿Cuál es el método adecuado para calmar el huracán mental? No lo sé, si alguien lo sabe compártelo! Por que el saberlo y no compartirlo sería un crimen comunitario.debemos ser solidarios con los que sufren en silencio, el tener una casa y que comer no garantiza la estabilidad emocional. Estudios recientes aseguran que la siguiente pandemia global serán los suicidios, el abandono social del que sufren miles de personas solo se fortalece en la soledad de la cuarentena, algunos aseguran que si no llegan a perder la vida a causa del corona virus, la perderán por culpa de la depresión. Aprendamos a escuchar a los demás sin querer obtener algo a cambio.
