Viajar en avión con una persona con autismo.

Siempre hay una primera vez para todo y viajar en avión no iba ser menos. No sé si esto les
pasará a más padres, pero particularmente a mi viajar en avión me pone nerviosa, tanto que
no duermo bien, a veces incluso duermo sólo unas horas, pensando en los horarios, poner la
alarma, repasar mentalmente las maletas. Viajar en avión puede ser una experiencia
emocionante, pero que provoca ansiedad, y esto si encima viajas con niños o con personas con
discapacidad puede ser más estresante aún, tanto con niños como con adultos. Esto puede ser
una experiencia particularmente intensa para un niño o adolescente con trastorno del espectro
autista (“TEA”) debido a factores relacionados con volar, incluido un cambio en la rutina, el
ruido, los susurros en el avión, los olores, estar en entornos desconocidos y con una
estimulación sensorial considerable en el medio de transporte como es un avión o lugares muy
amplios donde perder las referencias con el entorno como es un aeropuerto.
Es importante recordar que como cada persona con autismo tiene diferentes habilidades y
preferencias, no todas las recomendaciones pueden ser adecuadas para todos, eso sólo lo
sabremos con la experiencia propia, pero las lecciones aprendidas iniciales pueden ser muy
valiosas.
Lo primero que hicimos fue incluir la fecha del vuelo en un calendario. Unas semanas antes del
viaje, pusimos un calendario con la fecha de salida marcada y la fecha de vuelta y varios días
estuvimos hablando sobre el viaje, para que fuera interiorizando el cambio que se iba a
producir. Hicimos una agenda del viaje, ya que también puede ser bueno y lo usaremos
también durante el viaje, para marcar el inicio y el fin de las vacaciones, las actividades que
hagamos, excursiones, etc.
También hicimos una historia social con dibujos que describía el proceso del viaje en avión,
intentando definir pasos pequeños o acciones detalladas.
Invertir tiempo en hacer una historia social puede ser muy útil y convertirse en una guía para
ejecutarla paso a paso durante el vuelo e ir usándola en varios momentos y así repasar lo que
hemos hecho y lo que va a pasar, o repasar por ejemplo las normas de comportamiento en el
aeropuerto, en el avión, etc. todo ello para ir reconduciendo situaciones imprevistas y lograr
que la experiencia sea lo más satisfactoria posible.
El nivel de detalle dependerá de cada persona e incluso los detalles no muy precisos pueden
ser importantes en una persona en un momento concreto. En todo caso, es indispensable
llevar la historia en un soporte que permita modificaciones podemos esperar lo inesperado, es
a veces la Ley de Murphy, que puede ocurrir en las primeras experiencias de viajar en avión.
Es importante resaltar y repasar las normas de comportamiento en el aeropuerto y en el avión,
para que cuando surja un imprevisto, la respuesta sea la más tranquila. Por ejemplo, es posible
que la persona con TEA no entienda una norma de seguridad concreta y por qué tiene que
hacerla. Si esto ocurre en un momento importante del vuelo, pues puede suceder un incidente
que nos cree una situación incómoda y hasta algo problemático en la seguridad del avión,
como cuándo estar de pie, cuándo ponerse el cinturón, etc.
Actualmente existen algunos recursos que pueden ser de utilidad, y que recomendamos que
descarguen para llevarlos como planes B, que refuercen las historias sociales o los elementos
personalizados, y que son elementos para usarse antes de llegar al aeropuerto, lo ideal es unas
semanas o días antes de realizar el viaje, no cuando estemos entrando en el aeropuerto.
Argelia García
Madre de una persona con Autismo
Fundadora y Directora de Tu Mundo Es Mi Mundo
Asociación sin fines de lucro
Encuéntranos en:
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